Cuando un bebé padece de un catarro, y por tanto, va acumulando mocos, a veces resultará difícil hacer que la mucosidad circule y además, el resfriado común puede hacer que las mucosas respiratorias del bebé se inflamen, provocando tos. La tos en un bebé puede ayudar, como un mecanismo reflejo defensivo, a expulsar el moco, pero también puede resultar especialmente molesta si es una tos seca y continua.
Conseguir contrarrestar los altos niveles de sequedad de nuestra casa mediante el uso de humidificadores para bebés, también resultará especialmente importante para evitar que el aire seco reseque la piel y los ojos de nuestro bebé. Además de ello, con los humidificadores también conseguiremos regular la percepción de humedad de nuestra casa, para hacer variar la sensación térmica de la misma
Aspectos importantes a tener en cuenta al usar humidificadores para bebés
Existen una serie de consejos que deberemos llevar a cabo para asegurar que hacemos un uso correcto de los humidificadores para bebés. El primero de ellos es asegurarnos de no tenerlo encendido durante todo el día, para no humedecer el ambiente demasiado. Debemos procurar que la temperatura de la habitación del bebé se encuentre entre los 18 y los 22ºC, de modo que esté más caliente durante el día, y que por la noche cuando el niño está abrigado con el pijama, la sábana, la manta o el saco sea más fría. Otro aspecto a tener en cuenta es que el porcentaje de humedad de la habitación del bebé debe estar entre el 30 y el 50%, ya que un porcentaje mayor puede favorecer el desarrollo de hongos, de condensación o de otras molestias indeseadas.