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¿Cómo funcionan las cremas solares y cuál elegir?

¿Cómo funcionan las cremas solares y cuál elegir?

Satisfarma

Licenciado en farmacia y autor del blog

En Satisfarma hay muchas cremas y protectores solares, pero elegir uno adecuado no siempre es tarea fácil, hay muchos tipos de filtros, diferentes factores de protección, ingredientes activos, y una gran variedad de formatos, texturas y presentaciones que dificultan la elección, por eso, te explicaremos todo lo que debes saber antes de comprar tu crema solar este verano.

¿Qué es lo mínimo que debe tener un protector solar?

Lo primero que debes comprobar es que sean de un laboratorio que brinde todas las garantías de estudios clínicos y dermatológicos, debe ser fotoestable, de amplio espectro y que se adapte a tu estilo de vida y las condiciones de uso que le vayas a dar.  

Además, es muy importante que sea adecuado para tu tipo de piel. Repasemos cada concepto:

¿Qué significa que una crema solar sea fotoestable?

La fotoestabilidad es la capacidad de un producto, un material o un producto químico para soportar la exposición a la luz sin sufrir efectos adversos.

Que una crema solar sea fotoestable nos garantiza que si aplicamos un SPF50 mantendrá su factor de protección a pesar de estar expuesta al sol.

Parece un concepto lógico, pero algunas cremas pierden o reducen su factor de protección solar (SPF) al estar expuestas al sol.

Es por eso por lo que es muy importante comprobar que la crema tiene esta propiedad.

¿Qué significa que un protector solar sea de amplio espectro?

Un protector que es de amplio espectro significa que aporta protección de manera homogénea para rayos solares UVA y UVB.

Mientras que el factor de protección SPF indica el nivel de protección contra los rayos UVB, el amplio espectro indica que el producto también tiene un efecto contra los rayos UVA.

El sol es una fuente de energía vital para todos los seres vivos, y tomar el sol con la protección y las condiciones adecuadas es muy saludable, pero para que nuestra piel no sufra ante la agresión de ambos tipos de rayos que contribuyen al envejecimiento prematuro de la piel, las quemaduras, lesiones y el cáncer de piel, es necesario conocer de qué tipo de radiación debemos protegernos:

Los rayos UV: Es la radiación ultravioleta. Esta radiación es la encargada de fortalecer nuestros huesos y de la absorción del calcio ya que nos ayuda a generar la vitamina D.

Lo que quiere decir que la radiación es muy necesaria para el crecimiento y la salud. Sin embargo, es nociva porque produce alteraciones a muchos niveles en nuestra piel por lo que es vital protegerse correctamente.

Es la mayor fuente de energía que llega del sol a la tierra (un 9% de radiación UV)

Los efectos agudos son las quemaduras solares y el bronceado. Los efectos crónicos son el envejecimiento prematuro de la piel y el cáncer de piel.

Existen 3 tipos de rayos UV

  • Los rayos UVA envejecen a las células de la piel y pueden dañar el ADN de estas células. Estos rayos están asociados al daño de la piel a largo plazo tal como las arrugas, pero también se considera que desempeñan un papel en algunos tipos de cáncer.

  • Los rayos UVB tienen un poco más de energía que los rayos UVA. Estos rayos pueden dañar directamente al ADN de las células de la piel, y son los rayos principales que causan quemaduras de sol, aunque la atmósfera los bloquea y sólo deja pasar un 10% de ellos, son peligrosos porque llegan hasta la epidermis, produciéndonos quemaduras solares, melanoma y otros cánceres de piel si no nos protegemos correctamente.

  • Los rayos UVC tienen más energía que otros tipos de rayos UV, pero no penetran nuestra atmósfera y no están en la luz solar, por eso, aunque son altamente nocivos, no hace falta que nos cuidemos de ellos, ya que la capa de ozono y el oxígeno los bloquean totalmente.

La radiación HEV: También llamada luz azul, la luz visible de alta energía o HEV tiene mayor dispersión que otras longitudes de onda del espectro visible, es la encargada de que nuestros ojos perciban el cielo azul. Es un 42% de la luz visible, es lo que se conoce como región del espectro o espectro de luz. Una sobreexposición a ella puede producir quemaduras solares (eritema) y problemas de pigmentación a largo plazo.

Aunque los rayos UV son la principal causa de daño provocado por el sol, los HEV también puede desencadenar radicales libres que agreden a la piel.

La radiación infrarroja (IR): Es la de menor energía y la responsable del calor (Llega aproximadamente un 49% radiación infrarroja a la tierra).  Transmite calor y penetra hasta las capas más profunda de la piel, es decir, produce un efecto térmico y a la larga puede ocasionar problemas cutáneos aún sin quemaduras. Es el mismo tipo de luz que, a determinadas intensidades, se usa para funciones terapéuticas.

La atmósfera absorbe gran parte de la radiación y permite que nos llegue sobre todo luz UVA y algo de la UVB; pero hay algunos factores que condicionan su concentración como la altura del sol (Cuanto más alto está el Sol, mayor radiación solar llega sobre la Tierra, es por eso, por lo que se debe evitar la exposición solar durante las horas centrales del día) la latitud (Cuanto más cerca se esté del Ecuador, mayor será la radiación solar, no es lo mismo el sol del caribe que el de nuestro país) la nubosidad (Aunque únicamente bloquean el 10% de la radiación) la altitud (La radiación UV aumenta en un 4% por cada 300 metros de altura, por eso es importante usar protección solar en la montaña) y la superficie de reflexión ( La nieve refleja un 80%, la arena 25% y el agua 20%).

Un buen filtro solar debe protegerte de las radiaciones, ya sea utilizando filtros químicos o físicos, o la combinación de ambos. Veamos sus características.

¿Qué son los filtros solares minerales?

Los fotoprotectores físicos, también llamados inorgánicos o filtros solares minerales actúan como pantalla reflectora del sol, es decir, son una especie de escudo que, hace que los rayos “reboten” o se dispersen al contacto con la piel.

Las texturas de las cremas con filtros solares minerales suelen ser un poco más espesas que las de los filtros químicos.

Los principios activos más utilizados como filtros físicos son el óxido de zinc y el dióxido de titanio, la piel no absorbe estos minerales, por lo que las cremas del sol con este tipo de filtros están exentas de alergias.

Para algunos el color blanquecino de este tipo de cremas solares es una desventaja estética, sin embargo, cuando se trata de niños, es un buen indicador de cuándo aplicar nuevamente el producto.

Algunos laboratorios han conseguido fabricar texturas ultrafluídas y no grasas.

Los filtros minerales, además de ser muy eficaces como bloqueador solar, son más limpios y sostenibles con el medio ambiente.

¿Qué son los filtros solares químicos?

Los filtros químicos nacieron hace relativamente poco tiempo en la industria (Unos 50 años) y también se les conoce como filtros orgánicos, ya que son moléculas a base carbono, oxígeno e hidrógeno.

Los más comunes son Avobenzone, Tinosorb, Meroxyl, Octocrylene y Homosalate.

Su funcionamiento es diferente a los filtros físicos, porque en este caso, la energía procedente de la radiación ultravioleta se transforma en calor (radiación térmica).

La ventaja de los filtros químicos es la ventana tan amplia que existe de protección UVA y UVB. Permitiendo una combinación perfecta entre ellos o con filtros físicos, y, son más específicos, ya que algunos de ellos no protegen en todo el rango de UVA, si no solo a una porción.

¿Y qué pasa con los filtros biológicos?

Pues que no son propiamente filtros solares, sino que en realidad son antioxidantes añadidos a la fórmula para potenciar su poder de protección.

La función principal de los antioxidantes es neutralizar los radicales libres. Un producto solar con filtros biológicos tiene un “plus” pero no quiere decir que proteja más.

¿Son mejores unos filtros solares que otros?

Todo depende de tu gusto y tu estilo de vida, si el producto ha sido testado y garantiza el SPF, entonces no es peor o mejor que otro.

Últimamente hay muchos detractores de los filtros químicos que se decantan por pantallas físicas alegando que son más naturales, pero no olvidemos que nuestra naturaleza está hecha de química orgánica, por lo que dejarnos llevar por modas, sin conocer y documentarnos bien puede ser contraproducente.

Existen pieles que pueden toleran mejor o peor los filtros solares químicos, pero los fotoprotectores para pieles sensibles están testados dermatológicamente para que no ocasionen reacción cutánea.

En el caso de bebés y niños menores de tres años la recomendación oficial es usar filtros minerales para evitar dermatitis por contacto, al igual que en pieles reactivas.

Lo más importante es que sigas las indicaciones de uso del fabricante y respetes las fechas de caducidad.  

En Satisfarma solo vendemos productos de calidad testados bajo control dermatológico y clínico, visita nuestra sección de productos solares para conocer toda la gama de fotoprotectores y encontrar el que más se adapte a ti.

¿Y cómo saber cuál es el más adecuado para mí?

Hay dos factores muy importantes que debes tomar en cuenta para elegir adecuadamente tu fotoprotector:

Identifica tu tipo de piel y tu fototipo:

El fototipo es la capacidad de la piel para asimilar las radiaciones solares, dependiendo de cómo reacciones al sol debes adecuar tu protección:

Fototipo I

Pieles muy claras que normalmente van acompañadas con pecas.

Tonalidad es de un color blanco lechoso.

El cabello normalmente es el pelirrojo y los ojos son azules.

Son pieles muy propensas a quemarse con facilidad al exponerse a la radiación.

Fototipo II

Pieles claras de color blanco, pueden o no llevar pecas.

Después de mucho tiempo de exposición al sol, con el producto adecuado, pueden adquirir un tono bronceado.

El cabello puede ser rubio o pelirrojo y los ojos verdes o azules.

Son pieles en las que se produce el eritema con facilidad y de forma bastante intensa,

Fototipo III

Pieles con un color bronceado natural y al tomar el sol se oscurecen con facilidad, aunque en las primeras exposiciones pueden quemarse.

El color del pelo es castaño.

El bronceado es claro y se produce de forma moderada con la protección correcta.  

Fototipo IV

Estas pieles son de un tono marrón, como las del grupo III, pero que se broncea con mayor facilidad.

El tono del cabello es castaño oscuro.

No suele quemarse con facilidad, salvo que estén expuestas durante mucho tiempo y a una gran intensidad bajo los rayos solares.

El bronceado es oscuro.

Fototipo V

Son pieles oscuras que se pigmentan con mucha facilidad

El pelo es un castaño muy oscuro.

Para quemarse tienen que pasar bajo una exposición solar muy intensa.

Fototipo VI

Son pieles negras, con cabello negro también.

Estas no se queman nunca y su bronceado es siempre oscuro, pero es indispensable utilización de factor solar protector.

A esto debes sumar tu tipo de piel facial:

Piel normal

El término para este tipo de piel es “eudérmica" y quiere decir que está  bien equilibrada: ni demasiado grasa ni demasiado seca.

Piel seca

Es una piel que tiene poco sebo, y carece de lípidos para retener humedad. La piel seca puede percibirse tirante y áspera, con aspecto apagado.

Piel grasa

Es un tipo de piel que tiene una elevada producción de sebo. La piel grasa tiene brillo y poros visibles.

Piel mixta

La piel mixta es, como su nombre indica, una piel que consta de una mezcla de tipos de piel.

Piensa en el uso que le vayas a dar a la crema solar.

No es lo mismo elegir un fotoprotector facial para tu rutina diaria de belleza que uno que uses para hacer deportes de alta montaña, tampoco es igual la crema solar que debes aplicarte para ir a la playa a ponerte moreno o morena, que la que necesitas para proteger a tus hijos.

Es muy importante que tu protección solar se adapte a las necesidades específicas del uso que le des en ese momento, si tienes dudas,  déjate aconsejar por los expertos de Satisfarma.

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