¿Cómo cuidar las cicatrices en verano?

Satisfarma

Licenciado en farmacia y autor del blog

Con los meses de más calor y a medida que se acerca el verano, lo más normal es que todos aprovechemos para tomar el sol el máximo tiempo posible. El objetivo está claro, conseguir el tan ansiado bronceado que todos queremos, y mantenerlo durante el máximo de tiempo posible.

Sin embargo, quizás hay un aspecto que no todos tenemos en cuenta, y es que prácticamente todos tenemos en algún lugar de nuestro cuerpo algún tipo de cicatriz, ya sea de tipo quirúrgico, causada por alguna quemadura, por alguna caída haciendo alguna actividad deportiva o por alguna picadura y por el hecho de habernos rascado en exceso etc. Y todas ellas nos pueden dejar una señal o una marca. ¿Debemos tener especial cuidado durante el verano?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que cada cicatriz es diferente, pudiendo ser más recientes o menos, aunque todas ellas deberían ser cuidadas del mismo modo. Por un lado, podemos tener cicatrices hiperpigmentadas, las cuales son las que aparecen en heridas superficiales y se caracterizan porque la piel que aparece nueva tiene un color más oscuro. También hay las cicatrices hipopigmentadas, que son lo contrario a las anteriores. En estas la piel tiene un tono más claro y suelen aparecer como consecuencia de una herida más profunda. Otro tipo de cicatrices son las atróficas, las cuales se conocen por mostrar una depresión en la zona de la herida. Por último, también encontramos las cicatrices hipertróficas, en ellas el tejido nuevo tiene una forma arqueada, de modo que se eleva por encima del nivel de la piel.

¿Qué debo hacer para proteger mi cicatriz del sol?

La mejor protección para cualquier tipo de cicatriz, aunque nos cueste aceptarlo, es evitar al contacto directo de ésta con el sol. Es decir, los rayos del sol no deberían llegar a la zona de la cicatriz, ya que dificultan y retrasan el proceso de curación de la misma, y lo mejor sería poder cubrirla para que no estuviera expuesta. Esto es así, porque el sol puede hacer que nuestra cicatriz se pigmente y quede con un color diferente al del resto de nuestra piel, sobretodo en el caso de tener cicatrices quirúrgicas.

Sabemos que es realmente complicado que nuestra cicatriz esté permanentemente protegida de los rayos solares, y por este motivo lo mejor será que la cubramos de forma generosa con un protector solar que cuente con un alto factor de protección, un SPF 50+ por ejemplo, y que vayamos replicándolo cada poco tiempo, al menos, cada hora. El tipo de formato de del fotoprotector es indiferente, pero sí que deberemos tener en cuenta que se trata de un protector de buena calidad y que sea muy cubriente.

Otro aspecto a tener en cuenta es que en aquellos casos en los que tengamos una cicatriz aparecida como consecuencia de una herida grave, deberemos asegurarnos de mantenerla correctamente hidratada durante todo el día, ya que, en estas zonas, el agua se suele evaporar más rápidamente.

Igual que protegemos nuestras cicatrices del sol, también deberemos protegerlas del agua, siendo la mejor opción usar un fotoprotector que sea resistente al agua, de este modo con un único producto estaremos protegiendo nuestra cicatriz tanto del sol como del agua, aunque debemos tener claro que tendremos que reaplicar el producto después de bañarnos, sobretodo en la zona de la cicatriz.

En el caso de cicatrices sin herida abierta, no deberíamos tener ningún tipo de problema por meternos en el agua, pero aún así debería ser por periodos cortos, siempre secando bien la cicatriz una vez salgamos, mediante toques y nunca arrastrando la toalla, y aplicando de nuevo el fotoprotector.

Otra alternativa interesante con la que contamos a la hora de proteger nuestra cicatriz del sol es la de usar lo que se conoce como parches de silicona, los cuales serán ideales para proteger nuestra cicatriz del agua al mismo tiempo que haremos que la cicatrización se realice más rápidamente. Los hay incluso que cuentan con protector solar, por tanto, serán también una opción muy interesante.