Noticias

#EscuchaTuCuerpo – La piel y el sol

#EscuchaTuCuerpo – La piel y el sol

Satisfarma

Licenciado en farmacia y autor del blog

Durante muchos años se ha relacionado el bronceado de la piel con ideas de belleza y bienestar y eso nos ha llevado a someter a nuestra piel a largas exposiciones de sol sin protección alguna. Por esa razón es importante que seamos conscientes del efecto nocivo del sol sobre nuestra piel pero también que conozcamos sus beneficios. En este capítulo de #EscuchaTuCuerpo, vamos a descubrir todo lo que necesitamos saber de nuestra piel y como escucharla y cuidarla.

 

¿Qué es la piel? Partes y funciones

Seguro que has escuchado alguna vez eso de que la piel es el órgano más grande del cuerpo, y es cierto, junto con el cabello, las uñas y las glándulas sebáceas y sudoríparas, conforman el sistema tegumentario, el sistema que cubre por completo nuestro organismo. 

Además de ser el órgano más extenso, su peso en un adulto puede oscilar entre los 3 y 10 kilos y su grosor varía según la parte del cuerpo y sus necesidades. En zona como los pies y las palmas de las manos es más gruesa, en cambio en las zonas de flexión y extensión es más fina, por ejemplo, en los párpados.

 

La piel se divide en tres capas, la más superficial recibe el nombre de epidermis y también es la más delgada. La siguiente es la dermis, es mucho más gruesa, está constituida por tejido conjuntivo que es atravesado por numerosos vasos y nervios. La tercera y más profunda es la hipodermis y está constituida por un tejido adiposo que también se conoce como tejido subcutáneo graso.

 

Entre las principales funciones de la piel se encuentran la protección y la termorregulación. La piel protege al organismo de factores externos como bacterias, sustancias químicas, daños físicos o la temperatura. Entre otras, la piel contiene secreciones que pueden destruir bacterias y la melanina, que sirve como defensa contra los rayos ultraviolenta.

 

La termorregulación es el proceso por el que el cuerpo mantiene una temperatura estable y trata de calentarse o enfriarse según la temperatura exterior. Los cambios de temperatura son detectados por el organismo gracias a las terminaciones nerviosas en el cerebro y los termorreceptores que se encuentran cerca de la superficie de la piel.

Cuando nos exponemos a una temperatura fría, los vasos sanguíneos de la dermis se contraen y no dejan llegar la sangre a la piel para, de este modo, conservar el calor de la sangre dentro del cuerpo.

En cambio, cuando nos exponemos a una temperatura caliente, el torrente sanguíneo lleva el exceso de calor a la piel y el cerebro le ordena al cuerpo que sude, ese es el mecanismo del cuerpo para enfriarse.

 

Finalmente, y para entrar en materia, no podemos hablar de la piel sin pensar en el sol y en la producción de Vitamina D.

 

Beneficios del sol en la piel y el cuerpo

La luz solar es beneficiosa en cantidades limitadas y con la debida protección.

 

Como decíamos, el beneficio más notable del sol sobre la piel es que la piel utiliza la luz solar para ayudar a la producción de Vitamina D, la cual es muy importante para el organismo. La piel al recibir las radiaciones ultravioletas genera vitamina D y esta se metaboliza posteriormente en los riñones. Contribuye a la absorción del calcio para el crecimiento y mantenimiento de los huesos y dientes, así como al funcionamiento normal de músculos y del sistema inmunitario.

Otros de los muchos beneficios que cabe destacar del contacto de la piel con el sol son:

  • El aumento de glóbulos blancos (leucocitos), que mejoran las defensas de nuestro cuerpo.

  • Ayuda a metabolizar el colesterol, al dilatar las arterías y así reduce la cantidad de sangre concentrada en los órganos. Esto se traduce en una reducción de la presión arterial. 

  • Promueve la síntesis de serotonina, mejorando nuestro estado de ánimo. 

  • Ayuda a prevenir y controlar el acné.

 

La piel, el sol y broncearse

Para entender cómo funciona nuestra piel en contacto con el sol tenemos que dar protagonismo a la melanina. En cuanto llega el verano broncearse es el deseo compartido de muchísimas personas, y a la vez, el origen de uno de los problemas de piel más comunes. 

El funcionamiento es aparentemente sencillo. En la capa epidérmica se encuentran las células que contienen el pigmento melanina, la que protege la piel del de los rayos ultravioleta del sol. Cuando nos exponemos al sol, la piel genera más melanina para protegernos y es en ese momento cuando la piel cambia de tonalidad. Por esta misma razón, el bronceado desaparece a medida que estas células llegan a la superficie y mueren.

 

Problemas en la piel por falta de sol

 

Cada año, con la llegada del verano, se habla mucho de los riesgos de una exposición excesiva a los rayos del sol, sin embargo, también puede ser perjudicial no recibir nunca la luz del sol. En situaciones excepcionales, como podría ser la de un confinamiento, sería necesario recordar que los rayos de sol en la piel cumplen con funciones importantes para nuestro cuerpo.

 

La consecuencia más directa de no recibir luz solar sería el déficit de vitamina D, que como hemos dicho, desempeña un rol fundamental para los huesos, los dientes, los músculos y el sistema inmunitario. La falta de vitamina D hace que los huesos sean frágiles, que no puedan absorber debidamente el calcio y a su vez pueda aparecer debilidad muscular y dolor óseo, sobre todo en las caderas.

 

Además, la Vitamina D también está muy relacionada con la salud bucal. El déficit de vitamina D puede suponer mayor riesgo de defectos dentales, caries y/o periodontitis.

 

También es importante el sol para la salud de la piel. La vitamina D es clave para la prevención y tratamiento de problemas como la psoriasis, dermatitis atópica, ictiosis congénita y acné, entre otros.

 

Un dato curioso sobre la exposición al sol es que, en España, una de cada tres personas presenta un déficit de vitamina D. Este es difícil de solucionar a través de la dieta, aunque por supuesto se pueden incorporar o aumentar el consumo de diferentes alimentos que contienen Vitamina D y añadir a nuestra rutina suplementos. Pero la manera más efectiva va a ser siempre exponerse de forma regular al sol. La cantidad de tiempo expuestos al sol recomendado por los especialistas, dependerá de variables como la hora del día, el momento del año o el tipo de piel, pero por norma general se recomienda quince minutos, sin protección solar, entre 2 y 4 veces por semana.

 

Problemas en la piel por exceso de sol

 

Tomar el sol siempre se ha considerado un hábito saludable, pero un exceso de sol puede provocar ciertos problemas como, quemaduras solares, envejecimiento prematuro, cambios de textura de la piel y, lo que es más importante, melanomas o cáncer de piel.

 

Las quemaduras solares son el efecto más inmediato y conocido, y es debido a los rayos ultravioleta. Una quemadura grave puede provocar, además del enrojecimiento más común, dolor, hinchazón e incluso ampollas. Además pueden derivar otros síntomas generales como fiebre o dolor de estómago. En el caso de quemaduras solares leves podemos aliviar los síntomas con compresas de agua fría o lociones hidratantes, por ejemplo, de aloe vera.

El bronceado es un efecto tardío de la exposición al sol y aunque nos guste y lo consideremos un signo de buena salud, para los dermatólogos es sin duda un daño infringido a nuestra piel. 

 

Ya sea por la búsqueda de un bronceado todos los veranos, como por trabajar al aire libre durante muchos años, el envejecimiento y las imperfecciones en la piel, como arrugas o manchas, pueden ser signos de una piel castigada por el sol.

 

En algunos casos, es posible que puedan aparecer reacciones después de la exposición al sol, causadas por alergias a plantas, medicamentos o cosméticos que reaccionan a la luz solar.

 

Para terminar, posiblemente, el problema más temido de la exposición al sol sea el cáncer de piel. Un 90% de estos cánceres aparecen en las zonas más expuestas al sol: la cara, el cuello, las orejas, las manos y los antebrazos.

 

Como cuidar de nuestra piel frente al sol

 

Como siempre, queremos empezar a explicaros como podemos cuidar de nuestro cuerpo, en este caso de nuestra piel, recordando que ante el mínimo indicio de cambios abruptos en nuestra piel, quemaduras graves, manchas o lunares extraños en nuestra piel, acudamos al dermatólogo para que lo analicen.

 

Dicho esto, la primera medida de protección debe ser evitar el sol en las horas centrales del día, teniendo en cuenta que los rayos ultravioleta son más intensos y peligrosos en verano y que pueden tener una intensidad significativa los días nublados, aunque nos parezca que no haya sol. Ciertas barreras como el cristal o la ropa de tejidos poco tupidos, también dejan pasar los rayos UVA y hay que tenerlo en cuenta.

 

La fotoprotección solar será clave para nuestra piel y su cuidado desde la infancia, siendo esta una etapa en el que la piel es especialmente sensible. Debemos tomar consciencia y utilizar en cada momento el fotoprotector solar que mejor se adapte a las necesidades de nuestra piel y la de todos los miembros de nuestra familia, que puede que a menudo, no sea el mismo.

 

Es importante utilizar protector solar siempre que vayamos a estar expuestos, aunque no sea tumbados tomando el sol. Aplicarlo 20 minutos antes de la exposición y volver a aplicarlo cada dos horas. Si vamos a practicar deporte o estar dentro del agua, también precisa de un fotoprotector especial, y si vamos a usar maquillaje, el fotoprotector debe ser el último producto a aplicar.

 

Por último, aunque tu piel no presente los síntomas que hemos comentado hasta el momento, parezca que no se quema o ya esté bronceada, no debemos prescindir del fotoprotector.

 

El uso de un buen fotoprotector, que podemos complementar con nutricosmética solar, las gafas de sol, sombreros o gorras que cubran nuestra cabeza y una buena hidratación serán el equipo perfecto para cuidar de nuestra piel.

 

Haciendo CLIC AQUÍ podremos ver nuestra oferta de protección solar con descuentos de hasta un 25%. Algunas de nuestras marcas más recomendadas son Heliocare, Isdin, Sensilis, Avene o LaRoche Posay Anthelios.

________________

Cómo siempre todos nuestros canales de comunicación están a vuestra disposición para hacernos cualquier consulta, como si te acercaras a la farmacia más cercana a tu casa, estaremos encantados de atenderte por:

  • Por teléfono o WhatsApp al 608720844
  • Por correo electrónico a info@satisfarma.com
  • Por el chat que encontrarás en nuestra web
  • Por nuestras redes sociales, instagram, facebook y twitter (@satisfarma)

Comentarios (0)