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Dermatitis Atópica: cómo tratarla

Dermatitis Atópica: cómo tratarla

Satisfarma

Licenciado en farmacia y autor del blog

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel cada vez más presente en nuestras casas. Se trata de una enfermedad crónica que en los últimos años ha visto enormemente aumentada su prevalencia, debido principalmente, según señalan expertos, a factores ambientales y al aumento de sustancias irritantes con las que entramos en contacto diariamente.

En qué consiste la dermatitis atópica?

Se trata de una enfermedad cutánea caracterizada por el enrojecimiento y sequedad de la piel en ciertas partes del cuerpo, que provoca picor y descamación. De carácter no contagioso, cursa con períodos de brote, donde los efectos de esta enfermedad son perfectamente visibles, y períodos de interbrote, donde parece haber prácticamente una completa remisión de los signos y molestias asociados a la dermatitis.

El brote atópico

La evolución de la dermatitis atópica oscila mucho según cual sea la época del año y hay mucha variabilidad entre las personas que la sufren.

Es especialmente visible la dermatitis atópica en los cambios de estación y en los meses fríos del año, donde se producen cambios bruscos de temperatura, sequedad y una disminución generalizada de la humedad ambiental. Es en este momento cuando más se observa el brote atópico.

El brote atópico es la fase aguda de una enfermedad crónica como la dermatitis atópica. Se caracterizan por una sequedad extrema en todo el cuerpo o en ciertas zonas, en las que generalmente aparecen pequeñas rojeces que producen un picor intenso. Al rascarse, pueden producirse lesiones de mayor gravedad que podrían llegar a infectarse. Es básico en estos periodos de brote utilizar cremas para la piel atópica, para nutrir e hidratar la piel en profundidad y evitar en gran parte la sequedad y la aparición de nuevas rojeces o lesiones cutáneas.

Algunos factores desencadenantes de la dermatitis atópica son:

-          Alergias ambientales o a animales

-          Aire seco o piel reseca

-          Resfriados

-          Cambios bruscos de temperatura

-          Estrés

-          Uso o contacto con sustancias irritantes como algunos perfumes, tintes, cremas, etc.

Es muy común que las personas con dermatitis atópica sufran asma o alergias estacionales. De hecho, se relacionan los periodos de brote atópico con la aparición de las alergias estacionales. Aun así, se ha comprobado que la dermatitis atópica no es producida por alergias. También, está descrito un elevado componente hereditario en la dermatitis atópica, los pacientes que la sufren suelen tener antecedentes familiares con la misma enfermedad.

 

La dermatitis atópica según la edad

Esta enfermedad cutánea se calcula que afecta a un 5% de la población mundial, pero es especialmente activa en niños y sobretodo bebés.

-          Bebés:

El 60% de los casos de dermatitis atópica aparece antes de 1 año de edad. En los lactantes, este tipo de dermatitis suele afectar sobretodo la cara, el cuero cabelludo, el tronco y en las extremidades. También cabe decir, que en muchos casos se confunde esta dermatitis con otras típicas de los bebés, como la dermatitis seborreica. Suelen verse lesiones con inflamación, rojeces y crostras, además de síntomas como irritabilidad y dificultad para conciliar el sueño debido a las molestias y al picor producido por esta enfermedad.

 

-          Niños:

Hasta los 5 años se inician más del 85% de casos de dermatitis atópica. En la mayoría de niños que sufren la dermatitis atópica ya se habrán identificado previamente al menos algunos signos en la fase de lactante. En este periodo, las lesiones suelen observarse en los pliegues de las extremidades, es decir, en la zona interna del codo y la parte posterior de la rodilla. Los niños ya suelen estar más acostumbrados a la aparición de estas lesiones y están más adaptados. Aun así, en algunos casos puede producirse frustración o malestar, haciendo decaer el estado de ánimo.

 

-          Adultos:

A partir de la preadolescencia, las lesiones se cronifican y se hacen más persistentes. Se mantienen las lesiones en los pliegues de las extremidades y también son frecuentes en el rostro y tronco. Los signos predominantes en este caso son la sequedad y el prurito.

 

Consejos y recomendaciones

-          Mantener una buena higiene diaria de la piel, realizando duchas o baños con agua templada. Al secar, hacerlo con suavidad y sin usar secadores.

-          Uso de ropas de fibras naturales y evitar las fibras sintéticas.

-          Mantener el hogar libre agentes irritantes, como el polvo, pelo de animales u otros.

-          Utilizar humidificadores en casa o en el trabajo, para así evitar los ambientes secos.

-          Controlar el estrés, porque suele causar la aparición de brotes o el empeoramiento de los mismos.

-          Acudir al dermatólogo de forma periódica, para ir controlando el estado de la piel y obtener nuevos consejos y recomendaciones.

-          Y por último lo más importante, mantener una hidratación eficaz de nuestra piel, mediante el uso de cremas para piel atópica y otros productos para el cuidado de la piel atópica.

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