Potitos

Todos y cada uno de los que nosotros conocemos comúnmente como potitos, que son aquellos tarritos que podemos encontrar en todas sus variedades en el mercado, han sido elaborados y preparados siguiendo unos estrictos controles de calidad, por lo que podremos estar tranquilos de que el bebé estará correctamente alimentado.

Los potitos los podemos administrar a nuestro bebé a partir de los 6 meses de edad, aproximadamente, que es cuando la leche empieza a dejar de cubrir todas las necesidades nutricionales de los más pequeños, y es cuando debemos empezar a introducir siempre de un modo progresivo, algunos nuevos alimentos en su dieta habitual. En este periodo de tiempo se inicia la etapa de la alimentación complementaria, en la que los bebés deben ir acostumbrándose a consumir y a experimentar nuevos sabores y texturas, y en este aspecto los potitos les ayudarán a conseguirlo.

Como norma general los pediatras aconsejan dar a los bebés fruta y cereales sin gluten a partir de los cuatro meses, pero lo más recomendable es empezar con la alimentación complementaria con potitos a los seis meses de edad, que acostumbra a ser la época en la que pueden empezar a tomar tanto frutas como verduras, además de cereales con gluten y carne mezclada con verduras. Para saber comprar este tipo de potitos, deberemos ir con cuidado ya que existe gran cantidad y variedad de marcas que nos pueden despistar, de modo que debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones a la hora de elegir el tarrito que más se adecúe a las necesidades de nuestro bebé. Lo primero en lo que deberemos fijarnos es en la etiqueta, que deberá detallar estrictamente todos los ingredientes que componen el potito. Esto nos será especialmente útil para poder detectar aquellos alimentos que nuestro bebé nunca haya tomado, a modo de dárselo con precaución. Esto se debe hacer de este modo, ya que si por ejemplo, le damos un potito multifrutas y sufre de algún tipo de reacción alérgica, no podremos identificar de que componente es el que la ha causado. Otro factor a tener en cuenta es lo que conocemos como “la letra pequeña”, así podremos detectar ciertos ingredientes que pueden ocasionar algún tipo de intolerancia o de alergia. En el caso del gluten no vamos a tener problemas, ya que los fabricantes están obligados por ley a anunciarlo, pero por ejemplo si que puede afectar la lactosa, la soja o el apio, ingredientes presentes en ciertas frutas y verduras. Algunos potitos vienen complementados con hierro y con otros micronutrientes, pero si el pediatra no nos lo ha aconsejado y el niño no tiene carencias, no debe ser un factor determinante para elegirlos. Por último, debemos tener en cuenta que cuantos menos azúcares añadidos y menos sal tenga el potito, mucho mejor.

En cuanto a la manera de dar a nuestro bebé los potitos, debemos tener en cuenta que por norma general, todos los potitos de frutas se consumen a temperatura ambiente, pero sin embargo, los de verduras, los de carne y los de pescado, siempre estarán mejor si se sirven templados. Por tanto, en estos casos lo mejor es calentarlos al baño maría o en el calienta biberones durante unos 10 minutos aproximadamente. Una vez calentados, deberemos remover bien el contenido y probarlo para asegurarnos que está apto para el bebé. Cuando probemos el alimento, debemos tener muy claro que aunque nosotros lo encontremos algo insípido, no debemos añadirle nunca ni sal ni azúcar, ya que si lo hacemos estaremos provocando que nuestro bebé se acostumbre a sabores fuertes y a que rechacen otros alimentos. Como último consejo, si vamos a estar fuera de casa y vamos a proceder a darle a nuestro bebé un potito, mejor elegir aquel que ya sepamos de antemano que le gusta, ya que si no es así, nos estaremos arriesgando a que lo rechace y por tanto, se quede sin comer.