Oído

Se calcula que aproximadamente la mitad de los ciudadanos españoles ha padecido alguna vez de tapones en los oídos. Muchos de ellos además, sufren problemas auditivos de forma regular, por este motivo deberíamos de preguntarnos que podemos hacer para evitarlo, y a qué debo darle más importancia a la hora de tener una correcta higiene de los oídos. Si alguna vez has sufrido de momentos incómodos por culpa de un tapón en los oídos, debemos tener en cuenta que estos dolorosos sucesos están relacionados con el cuidado del órgano auditivo.

La importancia de la higiene de los oídos

Nuestro oído es el conducto sensorial interno mientras que el pabellón auditivo es la parte externa del mismo, que está cubierta por folículos pilosos y diversas glándulas. Precisamente estas son las que producen un tipo de aceite ceroso, que recibe el nombre de cerumen, y que se va abriendo paso a medida que se acumula, hasta la abertura de nuestro oído. La cantidad de cerumen o de cera que se produce en el cuerpo depende de cada persona.

La finalidad del cerumen es atrapar las diferentes partículas de polvo que hay en el aire, evitando de este modo que lleguen a nuestro tímpano, y tiene por tanto, una función de protección. Dicho esto, la acumulación de la cera en la entrada de nuestro oído, puede producir el bloqueo de nuestro conducto auditivo externo, siendo ésta una de las causas más frecuentes de la pérdida de audición. Por este preciso motivo resulta vital llevar una correcta higiene de nuestros oídos, y no dejar nunca que se nos acumule en esta zona un exceso de cera. Mantener un oído limpio permitirá a nuestro oído, seguir cumpliendo a la perfección su función auditiva y de equilibrio, y además estarás evitando muchas infecciones que podrían derivar en problemas más graves como la sordera.

La limpieza de nuestros oídos

Hoy en día existe gran variedad de patologías auditivas, sin embargo podremos evitarlas si limpiamos correctamente nuestros oídos las veces que sean necesarias. Para esta correcta limpieza, lo que principalmente deberemos usar es un difusor de agua marina, el cual nos ayudará a diluir la cera acumulada y hará que ésta sea más fácil de remover. Del mismo modo también podremos usar glicerina.

La acción mediante los difusores será más efectiva si la llevamos a cabo una hora antes de ducharnos, ya que la ducha es el mejor momento para llevar a cabo una correcta higiene del oído. Posteriormente a realizar el proceso, deberemos inclinar nuestra cabeza sobre una toalla para drenar tanto el agua como la cera ya diluida. Para terminar el proceso deberemos secar la zona externa de nuestra oreja con la misma toalla, para evitar así la aparición de hongos. Este procedimiento deberemos llevarlo a cabo en días alternos, ya que debemos tener en cuenta que nuestros oídos no deben quedar nunca totalmente libres de cera, pues estaríamos eliminando su función de protección.

Ahora que sabemos que es lo que debemos hacer para limpiar nuestros oídos, también deberemos saber que es lo que debemos evitar a la hora de mantener una correcta higiene de nuestros oídos. Muchos de los problemas auditivos diagnosticados son producidos por una mala limpieza de los oídos. Hay gente que recomienda el agua oxigenada para limpiar el órgano auditivo, pero hay que tener en cuenta que no es la mejor solución. Es más, los médicos no la recomiendan, sobretodo en aquellas personas que sufran de tímpano perforado, por tanto no deberíamos usarla.

También deberemos controlar mucho el uso de hisopos de algodón para eliminar la cera de nuestros oídos, ya que no estaremos extrayéndola y un mal uso puede provocar que empujemos el cerumen hacia el interior de nuestro oído, pudiendo causarnos daños severos.