Pero primero, antes de determinar cuál es nuestra situación, hay ciertos aspectos que deberemos distinguir para saber si se trata de un caso de cansancio o debilidad, ya que son conceptos distintos. En el caso de debilidad, lo que padeceremos es una falta de fuerza, física o muscular, y lo que experimentaremos es que incluso para mover nuestras extremidades, deberemos realizar un esfuerzo adicional. En cuanto a la fatiga o cansancio, lo que sentiremos es la necesidad de descansar, ya que estaremos faltos de energía. Esta sensación se puede dar por el hecho de haber trabajado en exceso, de haber dormido mal, también por tener ciertas preocupaciones que nos afectan, o incluso por la falta de ejercicio físico o de aburrimiento. Del mismo modo, estas sensaciones se pueden experimentar en aquellos casos en los que haya ansiedad o depresión.
¿De dónde obtiene nuestro cuerpo la energía?
Pues como ya habremos podido deducir, la energía que necesita nuestro cuerpo para seguir adelante, y para tener un correcto funcionamiento, la obtiene de los alimentos que consumimos, que se destinan a la generación de las moléculas encargadas de realizar nuestras funciones vitales.
Para ser más específicos, la energía que nuestro organismo necesita, la obtiene de las grasas, de la glucosa y de los nutrientes de los alimentos. Es el metabolismo, el encargado de transformar todo aquello que comemos, en energía para poder vivir.
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