Termómetros

Cuando tienes tu primer hijo es frecuente que en algún momento de repente padezca de fiebre y de malestar. Es en ese momento en el que te preguntas si tienes en casa algún tipo de termómetro que sirva para tomar la temperatura y saber exactamente qué es lo que le pasa. Si no lo tienes o si es de los antiguos, quizás sea el momento de decidir comprar uno nuevo.

Entonces verás que existen múltiples y diferentes modelos de termómetros, desde el típico de axila, hasta los termómetros chupetes, pasando por los de frente. Entonces, ¿cuál elijo? ¿son todos iguales?

Antes de contestar a estas preguntas que seguro que han pasado por tu cabeza en algún momento, primero deberemos saber en qué sitios podemos medir la temperatura corporal de nuestro bebé. Los sitios más comunes para tomar la temperatura son el recto, la boca y la axila, aunque es cierto que también se puede tomar en la membrana del tímpano, en el oído, y en la frente. En cada uno de estos sitios el rango de normalidad será distinto y por tanto deberemos conocer qué ventajas e inconvenientes tiene cada zona.

En cuanto a la temperatura rectal debemos saber que es la que está considerada como la de referencia en cuanto a la medición de la temperatura. Esto es así porque mide la temperatura central de nuestro cuerpo. Esta zona es usada sobretodo en niños pequeños que no tienen una gran cooperación, aunque deberemos ir con especial cuidado en aquellos niños con neutropenia, es decir, con defensas bajas, en los cuales deberemos evitar esta técnica para evitar hacerles ningún tipo de herida. Hay que señalar, que después de cada toma deberemos lavar el termómetro con agua y jabón.

Otra manera de tomar la temperatura mediante los termómetros de axila, seguramente la zona que más usamos para ello, ya que es un método mucho más sencillo de llevar a cabo que la rectal o la oral. Para usar un termómetro en la boca del niño, lo más recomendable es que nos esperemos a que éste sea algo mayor, ya que será importante su colaboración. El principal problema de éste método es que es menos higiénico y menos fiable, ya que puede verse afectado por la respiración bucal, así como por la toma reciente tanto de líquidos fríos como calientes. También debemos destacar alguna otra localización para medir la temperatura, como la timpánica, aunque en este caso la zona en cuestión puede darnos falsas lecturas.

Una vez vistas las zonas en las que podemos tomar la temperatura de nuestro bebé, también debemos conocer las ventajas y los inconvenientes de cada tipo de termómetro que podemos encontrar en el mercado. En primer lugar, los clásicos hechos de mercurio, eran los más usados hasta hace pocos años, pero ahora están prohibidos por su contenido en mercurio y por su toxicidad, ya que si se rompe, podemos tener algún problema con las bolitas de mercurio de su interior.

Otros termómetros muy usados son los de galio, aunque realmente no están compuestos de galio, sino por una mezcla de galio, de indio y de estaño, conocida con el nombre de galinstano. Estos son los sustitutos naturales de los termómetros de mercurio, y son precisos y totalmente fiables. Este tipo de termómetro puede ser usado para medir la temperatura tanto en la boca, como en la axila y en el recto. A veces puede ser difícil de reiniciar después de usarlo, pero bastará con tener un poquito de maña y de muñeca, ya que tendremos que sacudirlo con pequeños movimientos de nuestra muñeca. Otro de sus posibles problemas es que necesita de un cierto tiempo para realizar la medición, lo que puede ser difícil para usar en niños pequeños.

Por último encontramos los termómetros digitales, los cuales también son una opción fiable, haciendo una lectura más rápida de la temperatura. Además, estos termómetros no contaminan ni son tóxicos, y nos servirán para medir la temperatura axilar, rectal y oral. Lo único que tendremos que vigilar de estos termómetros son las pilas de botón que llevan, las cuales pueden ser peligrosas si los niños se las tragan.