El proceso de la ovulación viene regido por una hormona conocida con el nombre de luteinizante LH, que es la encargada de estimular la maduración del óvulo. Mediante los test de ovulación se consigue medir la concentración de este tipo de hormona, para saber así cuáles son los días más fértiles y por tanto, cuáles son los días en los que existen más posibilidades de embarazo. En el embarazo la hormona que interviene es la Gonadotropina Coriónica Humana o hCG, una hormona que aparece tanto en la sangre como en la orina de aquellas mujeres que están embarazadas a partir de aproximadamente unos diez días después de la concepción. Precisamente los test de embarazo lo que miden es si existe presencia de esta hormona y por tanto si hay gestación.
Tanto para los test de ovulación como para los test de embarazo también deberemos tener en cuenta el factor de la sensibilidad de los mismos, lo que sería su capacidad de hormona que es capaz de detectar. En este sentido, cuanto más sensible es un test, antes podremos saber si hay embarazo o si estamos ovulando, ya que necesitará menor cantidad de hormona para dar positivo. Hay que tener en cuenta que los test conocidos con el nombre de ultrasensibles, acostumbran a tener un precio más elevado.
Test de embarazo
Lo primero que debemos saber de los test de embarazo es que éstos tienen una fiabilidad que va desde el 75 al 97 % en el caso de que el resultado sea negativo, mientras que si el resultado es positivo tienen una fiabilidad del 99%, por tanto pueden darse dos tipos de errores diferentes. Por un lado puede ocurrir que haya un falso negativo, que es cuando un test de embarazo da un resultado negativo, pero que sin embargo sí que existe gestación. Este tipo de error puede deberse al hecho de realizar la prueba demasiado pronto, o simplemente por un error en el cálculo de la fecha de menstruación. El segundo tipo de error sería cuando se da un falso positivo, que es cuando un test da un resultado positivo pero sin embargo luego no hay gestación. Este tipo de error es muy poco frecuente y puede ser debido a un error en la toma de ciertos medicamentos destinados a mejorar la fertilidad, y también por el hecho de haber dejado demasiado poco tiempo entre el test y un embarazo anterior.
A la hora de hacer un test de embarazo debemos tener en cuenta que la implantación del embrión se produce entre los 6 y los 10 días posteriores de la fecundación, y aunque existen test que ofrecen un resultado desde la primera semana después de la concepción, lo mas recomendable para minimizar errores es esperar a realizarlo con al menos un día de retraso, con alguna excepción que veremos a continuación. Para aquellas mujeres que tienen un ciclo regular, es fácil calcular el momento ideal para realizar el test, ya que como hemos comentado, con un retraso de un día de la fecha prevista para la llegada de la menstruación, los niveles de la hormona hCG ya tendrán un nivel detectable.