Colutorios

Todos sabemos que para poder mantener y disfrutar de una boca sana y atractiva, tener una correcta higiene bucal es esencial. Todos usamos y conocemos los cepillos dentales, los dentífricos, el hilo o seda dental e incluso los cepillos interproximales, pero quizás no usemos otro factor importante para nuestra salud bucodental, los colutorios.

Debemos tener en cuenta que el uso de los colutorios se remonta a la antigua Roma y Grecia, por lo que no es algo novedoso y si nuestros antepasados los usaban, era por alguna razón. Los colutorios son un muy buen complemento para asegurarnos de mantener una correcta higiene bucal, ya que nos evitan la halitosis, protegen nuestras encías, previenen las caries etc. Los colutorios se acostumbran a elaborar a base de diversas hierbas, cortezas de árbol y muchos otros componentes beneficiosos para nuestra salud bucodental, pero que en ningún caso deben ser usados como sustitutos del cepillado dental habitual, ya que solo con el uso de los colutorios no evitaremos la acumulación de placa en nuestros dientes.

Existe gran variedad de colutorios, pero a grandes rasgos los podemos dividir en dos grandes grupos: los colutorios de uso diario y los que deben ser usados por determinados tratamientos. Los colutorios de uso diario son los que podemos encontrar en nuestro día a día a la hora de realizar nuestra compra habitual, mientras que los colutorios de tratamiento son los que se encuentran en centros especializados como las farmacias y las parafarmacias. Dentro de estos dos grandes grupos, debemos diferenciar los colutorios en función de su uso práctico. Los colutorios de uso diario son los que usamos para finalizar nuestra limpieza bucal diaria, para conseguir esa agradable sanción de frescor, mientras que los colutorios de tratamiento, están enfocados a mejorar y solventar problemas y dolencias como por ejemplo la gingivitis, por lo que estos últimos los usaremos de forma más puntual en función de nuestra situación personal.

También deberemos tener en cuenta a la hora de elegir un tipo de colutorio y otro, el hecho de que no contenga en su composición alcohol, ya que si usamos de forma continuada este compuesto, podemos dañar nuestras mucosas bucales. Debemos fijarnos que los colutorios estén compuestos por aceites esenciales como la menta o el eucalipto para conseguir una agradable sensación de aliento fresco y de limpieza. 

Dicho esto, la función de los colutorios es mucho más amplia que el simple hecho de proporcionarnos una sensación de frescor. De entre sus múltiples utilidades de las que hablaremos más adelante, hay que destacar la prevención de las caries, de la halitosis, la mejora de las aftas bucales o la protección de nuestras encías. Para cualquiera de estas dolencias, es importante que el uso de los colutorios esté especialmente recomendado por un dentista profesional para evitar que un posible uso abusivo nos pueda ocasionar problemas.

En función de cuales sean nuestras necesidades, encontramos un colutorio más adecuado que otro, con unos componentes diferentes dirigidos a tratar unas dolencias u otras. Algunos de los más comunes son los colutorios para la halitosis, una dolencia que podemos experimentar a causa de la contaminación de las bacterias presentes en nuestra boca, que se pueden llegar a acumular y pueden desprender un olor desagradable. Podemos combatirla mediante un buen cepillado, el uso de hilo o seda dental y el colutorio adecuado.

Otro colutorio frecuente es el que está especialmente diseñado para combatir la gingivitis, un problema que aparece cuando las bacterias de la placa dental, se nos acumulan en las encías causando inflamación y sangrado. También hay colutorios contra las caries, uno de los problemas bucales que más nos afectan, y que podemos evitar con una correcta limpieza bucal y con la ayuda de los colutorios especiales para este fin, que se encargarán de evitar que nuestros dientes se conviertan en porosos y entren las bacterias. Del mismo modo hay colutorios para combatir la sequedad dental. Nuestra saliva actúa como protector de nuestros dientes y encías, aunque a veces podemos tener una cantidad escasa de la misma. Por este motivo es recomendable usar un colutorio para tener una protección extra. Por último queremos destacar los colutorios para combatir las aftas y las llagas, unas heridas especialmente molestas que acostumbran a rozar con nuestros dientes, y que pueden verse reducidas con los colutorios bactericidas elaborados para combatirlas.