Lo mejor es siempre la prevención
Si bien es cierto que existen diversas afecciones cutáneas que no dependen de nuestros hábitos y que se deben a otros factores de tipo genéticos u hormonales, sí que hay una cierta actitud preventiva que podemos adoptar para evitar ciertas acciones que pueden influir en la aparición de las estrías.
Lo primero que deberemos hacer es ser constante y regular en el cuidado de nuestra piel, ya que es en esta etapa cuando la piel del abdomen se estira al máximo y debido a los cambios hormonales la piel está menos elástica y resistente. Es importante aplicar los productos antiestrías de forma regular, tanto por la mañana como por la noche, y gracias al masaje estaremos activando la circulación cutánea y haremos que los productos antiestrías penetren mejor en la dermis.
La segunda consideración que deberemos tener en cuenta es controlar el aumento de peso, ya que a medida que pasen los meses el bebé irá creciendo y por tanto nosotros también aumentaremos de peso inevitablemente. No es malo, de hecho es normal y necesario pero deberemos procurar que nuestro aumento de peso sea progresivo, sin que haya cambios bruscos que hagan que nuestra piel se estríe.
También deberemos intentar seguir una dieta saludable y que sea rica tanto en vitaminas como en antioxidantes. Para llevar una dieta antiestrías deberemos asegurarnos de que ésta contiene alimentos ricos en vitamina A, como el brócoli, el mango, el melón etc, rica en vitamina E, como los cereales y los frutos secos, y ricas en vitamina C, como el kiwi, la fresa o la papaya. Del mismo modo deberemos asegurarnos de incluir en nuestra dieta ácidos grasos esenciales, como los que llevan las verduras o el pescado, magnesio que lo encontramos en las almendras o en el chocolate negro, y el silicio presente por ejemplo en las espinacas, en las judías verdes y en los cereales.