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#ESCUCHATUCUERPO – Sistema Inmunitario

#ESCUCHATUCUERPO – Sistema Inmunitario

Satisfarma

Licenciado en farmacia y autor del blog

Estrenamos sección con nada más y nada menos que el sistema inmunitario, un capítulo súper amplio sobre el que podríamos desarrollar infinidad de contenido interesante. Con la información que ofrecemos en este capítulo vamos a intentar entender sin rodeos qué es, cómo funciona y evidentemente cómo escucharnos y cuidarnos frente a los signos y síntomas que puedan asociarse al sistema inmune.

 

¿Qué es?

El sistema inmunitario es el conjunto de elementos y procesos biológicos que permite a un organismo mantener el equilibrio interno frente a agresiones externas, es decir, es el sistema de defensa de nuestro cuerpo, ataca a los patógenos y nos ayuda a mantenernos sanos.

 

Es un sistema complejo formado por órganos, tejidos y células repartidos por todo el cuerpo, que se clasifican en primarios y secundarios. Los primarios proporcionan el microambiente para la maduración de los glóbulos blancos (las células encargadas de defender el organismo) y son la médula ósea y el timo. En los secundarios las células inmunitarias terminan su diferenciación o se activan produciendo una respuesta inmune, estos son principalmente el bazo y los ganglios linfáticos.

 

Existen dos tipos de inmunidad:

  • La inmunidad innata: hace referencia a los órganos, tejidos y células que forman parte del sistema inmunitario y que ya hemos comentado. Uno de los ejemplos más evidentes es la PIEL.
  • La inmunidad adquirida o adaptativa: es la que se desarrolla a lo largo de la vida de una persona, cuando nos exponemos a patógenos o nos inmunizamos a través de las vacunas. 

 

¿Cómo funciona?

Cuando el cuerpo detecta un intruso, una sustancia no reconocida que lo invade, el sistema inmunitario trabaja para reconocerlo y eliminarlo. Estas sustancias se denominan antígenos. 

 

Para protegernos de estas sustancias, nuestro sistema inmune activa células defensoras que producirán proteínas específicas para el patógeno detectado. Esos soldados que nos protegen son, los fagocitos, que devoran organismos invasores, y los linfocitos que ayudan al cuerpo a reconocer, destruir invasores y a adaptarse. Estos últimos se dividen entre los linfocitos B y los linfocitos T. El equipo B se encarga de fabricar anticuerpos, proteínas especializadas que localizan e inmovilizan antígenos, pero no los pueden destruir sin ayuda, esa es la función del equipo T.

 

Los anticuerpos generados por los linfocitos B permanecen en el cuerpo aún habiendo destruido los antígenos, por esa razón nuestro cuerpo a veces es inmune a algunas enfermedades tras haberlas combatido, porqué si el sistema inmunitario vuelve a detectar ese patógeno, lo reconocerá rápidamente y activará todos los mecanismos de defensa para eliminarlo.

 

Cabe destacar que también existen enfermedades relacionadas con un funcionamiento incorrecto del sistema inmunitario, las alergias es una de las más comunes. Se trata de una respuesta inmune exagerada, aunque no exista una amenaza real, a ciertos estímulos como el polen o algunos alimentos. En cambio en las enfermedades autoinmunes, veremos que nuestro sistema inmune ataca por error células sanas.

 

 ¿Cómo podemos escuchar nuestro sistema inmune?

 

Posiblemente sea el sistema que más necesite de nuestra atención pues este es el responsable de protegernos ante las agresiones y de regular nuestro organismo. De no hacerlo correctamente, un sistema inmunológico débil puede desencadenar muchos problemas de salud.

 

Cuando algo no funciona en nuestra barrera de protección, se puede manifestar de diversas formas y estas pueden agudizarse si ignoramos las señales que el organismo intenta darnos. Por otro lado, los hábitos más sencillos que a menudo olvidamos, como beber abundante agua a lo largo del día, pueden debilitar nuestro organismo.

 

Un sistema inmune débil es incapaz de combatir adecuadamente las amenazas externas y estás pueden infiltrarse más fácilmente, por eso el síntoma principal de un sistema inmunitario debilitado es la susceptibilidad a infecciones. Las señales pueden ser muy variadas: tener resfriados muy a menudo, infecciones urinarias, encías siempre inflamadas, caída del cabello, sufrir dolores de cabeza, dolor muscular o de articulaciones sin motivo aparente, sentirse cansado, cicatrización y recuperación lentas…

 

Detectar si estas señalas provienen de un sistema inmunológico débil puede que no sea fácil ya que como decíamos no les prestamos demasiada atención o pueden estar indicándonos otros problemas de nuestro organismo.  

 

¿Cómo cuidar de mi sistema inmunitario? 

 

Como siempre, cuidar de nuestra salud en todos los aspectos es lo que nos va a permitir tener un organismo saludable y en equilibrio, pero estas son algunas de las cosas que podemos tener en cuenta para cuidar de nuestro sistema inmune.

 

Mantener una buena higiene hará que mantengamos alejados los agentes externos que causan enfermedades. Lavarnos las manos de forma adecuada y frecuente, lavar los alimentos que vamos a consumir, cambiar a menudo las sabanas, ventilar a diario los espacios, sobretodo aquellos que compartimos… 

 

El estrés es un factor determinante que afecta a la capacidad de nuestro sistema inmunológico. Sí, el estrés baja las defensas. El cuerpo humano está preparado de forma natural para reaccionar frente ciertos niveles de estrés liberando adrenalina y cortisol, pero cuando el estrés se prolonga en el tiempo puede ser una amenaza y alterar las funciones del sistema inmunitario. Del mismo modo, la actividad física moderada y un sueño reparador nos ayudarán a mantener ese apreciado equilibro inmunológico.

 

¿Pasar frío te asegura un resfriado? No, para resfriarnos tenemos que estar en contacto con uno de los virus que lo provocan, pero pasar frío sí puede repercutir negativamente en las defensas. Hay virus que se reproducen y multiplican más fácilmente con temperaturas bajas y cuando hace frío nuestra temperatura corporal baja.

 

En cuanto a los hábitos alimenticios, el mantenimiento del sistema inmunológico requiere un consumo constante de todas las vitaminas y minerales necesarios, especialmente aquellas que el cuerpo no produce. Las personas mal alimentadas, que consumen alimentos procesados, azúcar y sal en altas cantidades, cafeína, alcohol y tabaco frecuentemente, tienen un mayor riesgo de contraer infecciones. Junto con la hidratación, algunos de los alimentos que ayudarán a reforzar nuestro sistema inmunitario son: la carne blanca, los boniatos y la patata, las verduras, en especial el brócoli, la coliflor y las espinacas, el pescado azul como el salmón o el atún, las frutas, en especial las cítricas y el kiwi, las legumbres, los lácteos y el huevo. Seguir una dieta mediterránea variada y equilibrada suele ser síntoma de una buena salud.

 

Tenemos un sistema inmunitario débil, ¿Qué hacemos?

 

En primer lugar, y como recomendaremos siempre, visitar un especialista que pueda hacernos un seguimiento de los niveles de nuestro organismo. Junto con sus indicaciones, cuidarnos sin excusas, atendiendo todos los días como nos sentimos y evitar ponernos en riesgo más de lo necesario. Este tipo de cambios no mejoran de un día para otro, se necesita constancia en unos hábitos saludables.

 

La fuerza del sistema de defensa natural del cuerpo reside en sus células así que podemos añadir a nuestra rutina complementos naturales de refuerzo inmunológico que mejorarán la respuesta de esas células ante cualquier amenaza.

 

Desde la farmacia online Satisfarma os recomendamos los siguientes complementos para reforzar el sistema inmune:

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PURE ENCAPSULATIONS DAILY IMMUNE 60 CAPS

 

¡Cuídate y no dejes que tus defensas de debiliten!

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