Manteniendo a raya el estrés

El estrés es una reacción fisiológica de nuestro organismo que responde a varios mecanismos de defensa para afrontar una situación externa que se percibe como amenazadora o desafiante, perturbando nuestro equilibrio emocional.

Cierta cantidad de estrés es necesaria, ya que nos obliga a adaptarnos a un entorno en constante cambio y responder adecuadamente a los cambios de la vida diaria, pero cuando este se prolonga o intensifica en el tiempo, nuestra salud puede verse afectada.

Sus signos pueden ser:

> Fisiológicos: palpitaciones, fatiga, insomnio, temblores, dolores, malestar estomacal…

> Emocionales: emociones negativas como la ansiedad, miedo, irritabilidad, confusión, frustración…

> Conductuales: aumento del consumo de tabaco y de alcohol, trastornos alimenticios, inquietud, indecisión, trato brusco en las relaciones sociales, pérdida del sentido del humor…

> Mentales: la dificultad para concentrarse, pensamientos repetitivos, excesiva autocrítica, actividad mental acelerada, olvidos, preocupación por el futuro...

¿Cómo combatirlo?

Prevenir el estrés es realmente complicado con el ritmo de vida de la sociedad del siglo XXI. Casi todo el mundo ha sufrido varias situaciones de estrés a lo largo de su vida. Ante una de estas situaciones:

> Pon en práctica ejercicios de relajación: la respiración profunda, la relajación muscular, la meditación, el yoga… ayudan a aliviar el estrés, la ansiedad y otras emociones negativas

> Haz ejercicio físico: la actividad física ayuda a liberar la tensión y a quemar la energía generada por el aumento de adrenalina y cortisol que se genera con el estrés. Además, libera endorfinas, con lo que mejorará nuestro estado de ánimo.

Duerme suficientemente: nada mejor que el sueño para descansar y recuperar la normalidad 

> Sé positivo: puede sonar a tópico, pero una actitud positiva ante la vida puede aliviar muchas situaciones estresantes, que pueden ser vistas como oportunidades para aprender y mejorar.

> No pierdas el contacto con la naturaleza: el contacto y la contemplación de la naturaleza ayudan a reducir la frecuencia cardíaca y otros efectos del estrés. Un paseo por el parque, un picnic en el campo, un fin de semana en la montaña…

> Dedica tiempo al ocio: no siempre es necesario tomarse unas vacaciones para reducir el estrés, pero sí es altamente recomendable realizar actividades que te gusten de manera constante: salir con los amigos, dar un paseo, ir al cine o al teatro…

> Come y bebe saludablemente: ante una situación estresante, debemos evitar recurrir especialmente a alimentos azucarados. Por mucho que nos apetezcan, los altibajos constantes de los niveles de glucosa en sangre provocan más ansiedad y no contribuyen a reducir el estrés. También hay que evitar las bebidas excitantes, que elevan la tensión nerviosa.

> Toma suplementos nutricionales: los efectos de plantas como la melisa, la valeriana o la lavanda para reducir el estrés y facilitar el descanso son más que conocidos. Hoy en día muchos suplementos también ayudan a combatir sus efectos negativos aportando minerales y las vitaminas que se pierden durante estas situaciones.

  
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Y por supuesto, visita a tu médico o farmacéutico para que te aconsejen y recomienden cómo controlarlo. También puedes ponerte en contacto con nuestros especialistas en info@satisfarma.com.