#EscuchaTuCuerpo - 5 claves que te ayudarán a gestionar el estrés

Si hay algo realmente extendido entre la población y que puede realmente afectar a nuestro organismo, pero se normaliza y se convive con ello, es el estrés. Por eso, para el décimo cuarto capítulo de #EscuchaTuCuerpo contamos con Paleobull para la redacción de este artículo en el que vamos a ver qué es el estrés y cómo podemos rebajarlo para cuidarnos. ¡Empezamos!

El trabajo, la conciliación familiar, la situación económica, la falta de tiempo, el exceso de responsabilidades, el uso excesivo de móviles y pantallas … ¿Quién no sufre estrés de vez en cuando? El problema aparece cuando el estrés se cronifica y empieza a afectar a nuestra salud física y mental. Y es que sufrir niveles de estrés elevados de forma continua nos hace producir un exceso de cortisol que puede llegar a ser muy perjudicial para nuestro organismo.

¿Qué es el estrés? Coloquialmente hablando, sería esa sensación que tenemos cuando las exigencias de la vida son superiores a nuestra capacidad para superar esas exigencias. Desde un punto de vista fisiológico, el estrés provoca una producción excesiva de cortisol, precisamente conocido como “la hormona del estrés”. El cortisol nos predispone al estado de “lucha” o “pelea” necesario para resolver las situaciones que surgen en nuestra vida. En este caso estaríamos hablando de “eustrés” o estrés positivo, frente al distrés o estrés negativo. En exceso, el cortisol puede llegar a ser incluso mortal.

Vivir en ‘modo estrés’

¿Cuántos de nosotros vivimos en ese peligroso ‘modo estrés’ debido a nuestro ritmo de vida diario? Mantenida en el tiempo, esta situación puede llegar a producir problemas de sobrepeso, envejecimiento prematuro, ansiedad, alteraciones en el sueño e insomnio, debilitamiento del sistema inmune, problemas de piel, digestivos y cardiovasculares, entre otras patologías. Por no hablar de la falta de energía, irritabilidad, mal humor, falta de libido, cansancio y desánimo que conlleva soportar altos niveles de estrés durante mucho tiempo. 

Mención aparte tienen los problemas de sobrepeso causados por el estrés. Si eres de las personas a las que “el estrés les engorda”, esto tiene también su explicación: cuando los niveles de cortisol en sangre y en las células son altos, nuestro cuerpo entra en “modo retención de grasa” y además nos cuesta más quemar nuestra propia grasa corporal. Y cuando estamos muy estresados tenemos muchos más antojos de alimentos con mucha grasa y azúcar porque el cortisol disminuye la producción de las hormonas que transmiten saciedad al cerebro y que regulan la producción de azúcar en sangre. Es decir, la situación ideal para engordar o padecer diabetes tipo 2. 

Cómo te avisa tu cuerpo de que tienes demasiado estrés

En general, el estrés desaparece cuando desaparece la causa que lo provoca (un momento puntual de mucho trabajo, un examen, una prueba médica…) pero cuando se alarga demasiado en el tiempo o incluso se cronifica, empiezan a aparecer señales claras:

• Tensión muscular, dolor en el pecho, problemas para respirar.
• Sudores, mareos, náuseas.
• Dolor de cabeza, irritabilidad y mal humor.
• Falta de energía y cansancio crónico aunque hayamos dormido.
• Insomnio y problemas para dormir.
• Problemas digestivos: ardor, malas digestiones, estreñimiento, diarrea.
• Falta de deseo sexual sin que hay ningún problema físico.
• Ansiedad, tristeza, falta de motivación, depresión, aislamiento social.
• Estar inapetente o comer en exceso.
• Tener arrebatos de ira.
• Fumar o beber en exceso, consumir drogas.

Como ves, los síntomas se manifiestan tanto en el cuerpo, como en nuestro estado de ánimo y nuestro comportamiento. Y si tienes la mayoría de estos síntomas, tienes que ponerle remedio ya o incluso pedir ayuda profesional si la situación te supera.

5 claves para combatir el estrés de forma natural

Nuestros hábitos de vida son clave para contrarrestar el estrés diario. Pero además, es importante disponer de herramientas de gestión emocional que nos ayuden a “resetear” cada día nuestro sistema nervioso para evitar que entre en “modo estrés”: 

1.     1. Hacer ejercicio. Que el ejercicio tiene innumerables beneficios para la salud y nos mantiene jóvenes, es un hecho, pero quienes padecen estrés habitualmente deben incluir el ejercicio físico en su rutina diaria. Y es que el ejercicio físico nos ayuda a producir endorfinas, serotonina y dopamina, “hormonas de la felicidad”, que nos relajan y mejoran nuestro estado de ánimo. Además, el ejercicio reduce la grasa corporal (sobre todo el de fuerza) y mejora el apetito. Pero cuidado, es importante que practiques ejercicio suave o moderado, no de alta intensidad, para evitar caer de nuevo en el círculo del cortisol.

2.      2. Dormir y descansar. Los problemas para dormir son uno de los primeros síntomas del estrés crónico, por lo que se hace especialmente importante primar el descanso. Es fundamental adoptar una buena higiene del sueño, acostándonos y levantándonos a la misma hora. Es muy recomendable adelantar la hora de irnos a la cama, cenar ligero y reducir los estímulos sonoros y auditivos unas horas antes de irnos a dormir (fuera móviles, pantallas y nada de TV en la habitación).

3.     3. Dieta antiestrés. Comer bien puede ayudarte a frenar los efectos del cortisol en tu cuerpo y en tu mente. Es importante consumir a diario fruta y verdura fresca, reducir los alimentos procesados, elegir hidratos de carbono complejos de digestión lenta (avena, mijo, trigo sarraceno, arroz integral, espelta, quinoa…), consumir grasa y proteína de calidad para aumentar el nivel de saciedad (aguacate, frutos secos al natural, AOVE, carne, pescado, huevos…) e incluir alimentos antioxidantes (té verde o matcha, chocolate negro, arándanos, açaí…). También es importante que reduzcas los estimulantes, como el café, los refrescos o el alcohol.

4.     4. Meditación, mindfulness o yoga. Cualquiera de estas tres disciplinas te servirá para gestionar tus emociones y calmar tu sistema nervioso cada día. La meditación nos aporta calma, paz y equilibrio interno, nos ayuda a tener perspectiva respecto a los problemas del día a día y mejorar nuestro nivel de concentración. Si te resulta difícil, puedes probar el mindfulness o atención plena, la adaptación de la meditación tradicional al mundo occidental que hizo el Dr. Kabat- Zinn, creador del exitoso programa MBSR, un programa de reducción del estrés creado en la Universidad de Massachusetts. Por su parte, el yoga combina asanas (posturas), pranayama (respiraciones), relajación y meditación, por lo que es una completísima disciplina para combatir el estrés físico y mental.

5.     5. Complementos naturales antiestrés. Si no estás comiendo o descansando todo lo bien que deberías, o si el ejercicio físico no es suficiente, puedes recurrir a complementos naturales para combatir el estrés. Por ejemplo, complejos con vitamina C y vitaminas del grupo B. Las plantas adaptógenas, como la ashwagandha y el CBD también se han demostrado muy eficaces para combatir los efectos del estrés en el organismo.

Entre toda nuestra selección de productos que pueden contribuir a regular ese estrés, queremos compartiros los siguientes:

Napuka de Paleobull, una cuidada selección de plantas adaptógenas que se caracterizan por contribuir a nuestra capacidad para resistir el estrés y, en situaciones de fatiga o agotamiento, ya sea físico o mental, incrementar el nivel de energía y vitalidad.

Aceite de CBD Sativa de Paleobull, una combinación de aceite orgánico de semillas de cáñamo y cannabidiol (CBD) de origen natural que ayuda a mitigar los efectos del estrés, disponible en combinaciones del 5, 10, 20 y 30%.

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